Si bien los colchones no cuentan con fecha de caducidad como en el caso de los alimentos, no podemos ignorar el efecto del tiempo en ellos, el cual no solo genera algún tipo de desgaste en sus materiales sino además, al dormir.
Claro que, esto también depende del material utilizado para su fabricación y en torno a dicho factor se debe considerar también:
- Si tu colchón tiene un abultamiento o se hunde, lo que a su vez puede generar un mal sueño y algún dolor muscular
Si se cumple lo anterior ¡Es momento de cambiarlo!
Debes saber que el desgaste de cualquier colchón es progresivo y, este no se nota a simple vista hasta que el cuerpo comienza a pasar factura.
- Si comienzas a sufrir algún tipo de alergia, la cual aparece al despertar o antes de dormir.
- Si notas que tu asma se intensifica cuando se acerca la hora de ir a la cama,
- Comienzas a presentar más insomnio de lo normal ¡Es momento de cambiar el colchón!
- Si al acostarte escuchas que la base del colchón rechina es probable que también necesite un cambio y, en este caso, se recomienda hacerlo por completo.
Lo anterior también dependerá del cuidado y limpieza aplicado al colchón. Líquidos derramados, saltos y rasgaduras de mascotas, pueden invalidar la garantía del producto, hablamos del colchón, de su base y de las almohadas.
Y hablando de almohadas, no olvides cambiarlas también, ya que ese tiempo de renovación no debe superar los 2 años.